En la actualidad no contamos con demasiados vehículos de transporte público originales del ámbito de la Comunidad de Madrid. La mayoría del patrimonio ferroviario que cus- todia el Museo del Ferrocarril de Madrid, ubicado en la antigua estación de Delicias, está vinculado a las grandes líneas ferroviarias que surcaron el territorio nacional.
Afortunadamente, a modo de “Arca de Noé”, la compañía del Metro de Madrid, a me- dida que ha ido dando de baja las distintas series de trenes que conformaron su parque móvil desde 1919, ha preservado una pareja de cada tipo. No obstante, dicha colección se encuentra apartada en las cocheras de Cuatro Vientos, fuera del alcance cultural de los ciudadanos. Estos vehículos han sufrido los estragos del tiempo, las inclemencias del tiempo (estuvieron una época a la intemperie), el vandalismo y expolio de algunos de sus elementos. Como consecuencia, se presentan un estado de degradación que evidencia su necesidad de protección y restauración. Pero consideramos que aún estamos a tiempo de llevar tales acciones que salven del olvido estos testigos físicos de la evolución técnica y económica de un ferrocarril que ha sido fundamental en el desarrollo de la urbe de Madrid y sus alrededores. Y de cara a su musealización inexistente hasta el día de hoy, entendemos y defendemos su traslado a las cocheras y talleres de Cuatro Caminos como instalaciones idóneas para su contextualización y exposición de cara al público.
Los vehículos motores y remolque se sucesivamente fueron adquiridos por el Metro des- de sus orígenes, han aportado innovaciones tecnológicas respecto a sus modelos ante- cesores. Pero a la vez elementos en común sin llegar a romper una clara línea evolutiva, de la que fue protagonista la propia compañía a la hora de diseñarlos.
La mayor parte de los coches que forman la colección y con mayor valor patrimonial se inscriben dentro de un gran grupo conocido como los “clásicos”. Se trata de una familia que llegó a estar constituida por 378 vehículos que a su vez se dividía en 13 subseries básicas.
Los “clásicos” poseían muchas características comunes. De hecho se podían acoplar entre sí, siendo de distintas subseries (salvo los tipo “MF”) y equipos tales como bogies, motores de tracción, compresores, etc. eran intercambiables. Estas prestaciones facili- tan enormemente la explotación y mantenimiento sobre todo en épocas tan duras como la Guerra Civil y los años que la siguieron.
Otros vehículos que forman parte de la colección son dos parejas del tipo 300 (1a y 2aseries) que pertenecieron al Ferrocarril Suburbano de Carabanchel. La unidad M- -300/R-301 comenzó a circular en 1961 entre Carabanchel y Plaza de España. Y la unidad M-352/R-353 fue incorporada en 1976 para atender el fuerte incremento de viajeros en el Suburbano y la ampliación desde Plaza de España a Alonso Martínez inaugurada en 1981.
Hay además 3 parejas de coches de la serie 1000, que podemos considerar la culmina- ción de la evolución tecnológica emprendida y ensayada desde los primeros “clásicos”. Estuvieron circulando hasta 2002 en la línea 5, por lo que son perfectamente aptos para volver a circular de cara a actos culturales.”
En los últimos años se han añadido más vehículos patrimoniales tales como las pareja de automotores M-5001/M-5002 y M-2001/M-2002. Los primeros pertenecen a la ge- neración de trenes de gálibo ancho, adquiridos a partir de 1974 para las nuevas líneas construidas con este nuevo criterio dimensional. Los dos segundos fueron los primeros automotores en España que estuvieron dotados de motores de tracción trifásicos. Supu- sieron el comienzo de la verdadera modernización del parque móvil de gálibo estrecho en 1984 y la puesta en práctica de su tracción mediante electrónica de potencia fue el germen tecnológico de los automotores eléctricos fabricados en la actualidad.
La colección se ve complementada por el tractor para servicios auxiliares T-1 (1941), la dresina D-2 (1929) y el vagón W-10 (1948) original del desaparecido ferrocarril de Ma- drid a Almorox. En un futuro este patrimonio se verá incrementado por la incorporación de otro tipo de unidades y vehículos auxiliares que sean dados de baja con un alto po- tencia patrimonial, como por ejemplo el autotractor AT-1.